TRUJILLO, COLÓN (HONDURAS) — Katerin Molina Aguilar, una joven madre del sector Misiones del Caribe, fue asesinada a tiros este martes por desconocidos en un crimen que ha sumido a la comunidad en la indignación y el dolor.
El femicidio, ocurrido en circunstancias que aún no han sido esclarecidas, dejó a varios menores huérfanos y alertó sobre la extrema violencia de género en Honduras, un país con uno de los índices más altos de América Latina.
Método del ataque: Agresores no identificados dispararon a Katerin en la vía pública. Las causas y móviles del crimen aún son investigados por la Policía Nacional y el Ministerio Público.
Impacto en la comunidad: Vecinos describen a la víctima como una madre dedicada y trabajadora cuyo asesinato desató protestas y demandas de justicia.
“Era una luchadora”. “¿Quién responderá por sus hijos?”, pregunta una vecina de la zona que prefirió mantener el anonimato.
Honduras registró 285 feminicidios en 2023, según el Observatorio de Violencia de la UNAH, un aumento del 18% respecto a 2022.
El departamento de Colón, donde ocurrió este crimen, es una de las regiones con mayor incidencia de violencia de género, vinculada a las estructuras patriarcales, el narcotráfico y la pobreza extrema.
Agrupaciones feministas como el Centro de Derechos de la Mujer (CDM) y el CEM-H exigen una investigación rápida:
“No es un caso aislado, es un sistema que normaliza la muerte de mujeres”, afirmó Suyapa Martínez, coordinadora del CDM.
Presión internacional: Honduras ocupa el tercer lugar en Centroamérica en feminicidios, según la ONU, lo que lleva a exigir al Estado que priorice la Ley de Casas de Refugio y la persecución penal efectiva de los perpetradores.
Imunidad crónica: Solo el 12% de los feminicidios en Honduras terminan en una condena (CEM-H, 2023).
Orfandad forzada: Al menos 500 niños hondureños han quedado huérfanos por feminicidios desde 2020, según UNICEF.
La Fiscalía de Delitos Contra la Vida se ha comprometido a presentar un informe preliminar en 72 horas, aunque activistas temen que el caso se cierre por falta de recursos.
Organizaciones locales planean una marcha nacional bajo el lema #JusticiaParaKaterin, exigiendo al gobierno de Xiomara Castro que tome medidas concretas contra la violencia de género.
Estadísticas regionales que contextualizan la gravedad del feminicidio en Honduras.
Testimonios comunitarios que humanizan el impacto de la violencia.
Presión política: vincula el caso a las demandas históricas de las organizaciones de mujeres.
Foco en la orfandad: destaca las consecuencias intergeneracionales de la violencia de género.
Mientras la muerte de Katerin continúa entre lágrimas y rabia, Honduras se enfrenta a una pregunta incómoda: ¿cuántas madres más deben morir para que el Estado actúe?