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GRUPOS DE BARBECUE SE ACERCAN A POCOS KILÓMETROS

7 de julio de 2025

DAJABÓN, REPÚBLICA DOMINICANA. A menos de una hora del cruce fronterizo de EL CARRIZAL, en ELÍAS PIÑA, las bandas armadas haitianas avanzan sin control, sembrando un clima de ansiedad y tensión ya muy presente en las comunidades fronterizas.

La localidad de Lascahobas, ubicada en el país vecino, es escenario de una violenta ofensiva por parte de grupos criminales que, según imágenes compartidas en redes sociales, asaltaron con fuerza desproporcionada una unidad de la BSAP (Policía Nacional Vasca), una brigada creada inicialmente para proteger zonas medioambientales, pero que, en la práctica, operaba como una fuerza paramilitar.

 

En una escena descrita como «horrible» por los residentes, los individuos armados se apoderaron de vehículos oficiales, armas y recursos tácticos, obligando a la policía a replegarse en condiciones precarias.

El control territorial de las pandillas se está expandiendo a un ritmo alarmante, y lo ocurrido en Lascahobas marca un punto de inflexión debido a su proximidad a la frontera dominicana.

Las autoridades dominicanas observan con creciente preocupación la propagación de la violencia en direcciones estratégicas. La situación ha generado preocupación en todo el suroeste de República Dominicana, donde el cruce fronterizo Belladère-El Carrizal representa una ruta de tránsito vital para el comercio oficial y las rutas de contrabando, ahora amenazadas por el avance de estos grupos armados.

Desde el Palacio Nacional, el presidente Luis Abinader fue claro: «TODOS LOS PAÍSES PUEDEN CANSARSE DE HAITÍ, EXCEPTO LA REPÚBLICA DOMINICANA», advirtió recientemente, citando el agotamiento diplomático de la comunidad internacional.

El presidente insistió en que, a pesar de este cansancio global, el país no debe bajar la guardia, ya que cualquier propagación de la violencia haitiana tiene un impacto directo en el territorio dominicano.

La situación también se presentó ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde el secretario general adjunto, Miroslav Jenca, declaró que la autoridad del Estado haitiano estaba «profundamente deteriorada».

Según datos de las Naciones Unidas, el 90% de Puerto Príncipe ya está bajo el control de pandillas, que han comenzado a establecer estructuras paralelas de gobernanza y prestación de servicios en comunidades abandonadas por el gobierno central. GHADA WALY, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), advirtió sobre nuevas investigaciones que vinculan a algunos de estos grupos con la trata de personas con fines médicos, incluida la sustracción ilegal de órganos, según informes aún en proceso de verificación.

Dado que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), liderada por Kenia, no logró contener los focos de violencia más críticos, el canciller dominicano, Roberto Álvarez, reiteró ante la ONU la necesidad de «acciones urgentes, coherentes y audaces», advirtiendo que, sin una acción inmediata, el colapso total del Estado haitiano será inevitable.

Tras estos sucesos, las autoridades militares y migratorias dominicanas han incrementado la vigilancia en Elías Piña y otras zonas fronterizas, implementando protocolos especiales de seguridad. Esta ofensiva no solo amenaza la estabilidad regional, sino que también compromete los esfuerzos humanitarios, el comercio binacional y la integridad de las fronteras de la República Dominicana. Los residentes de la región han comenzado a limitar sus movimientos, mientras que las patrullas militares dominicanas permanecen en alerta constante. Las autoridades recomiendan evitar todos los viajes no esenciales a zonas cercanas al cruce fronterizo hasta nuevo aviso.