La situación de seguridad en Haití continúa deteriorándose tras un nuevo incidente violento que cobró la vida de dos oficiales de la nueva unidad élite de la Policía Nacional en la zona montañosa de Kenscoff, al sureste de Puerto Príncipe. Los oficiales fueron emboscados por grupos fuertemente armados, quienes lograron bloquear el vehículo blindado en el que viajaban.
Según fuentes locales, tras el ataque, los delincuentes se filmaron robando munición de alto calibre y chalecos antibalas de las víctimas. Imágenes posteriores publicadas en redes sociales demuestran el control que estos grupos ejercen sobre el territorio. Este incidente se suma a una larga lista de incidentes que mantienen a la población haitiana en alerta máxima.
Actualmente se estima que el 90% de Puerto Príncipe está bajo control de grupos armados, lo que representa un gran desafío para las autoridades policiales y la misión de seguridad internacional desplegada por la ONU, que opera en el país con menos de la mitad del personal inicialmente prometido.
Esta situación genera dudas sobre la eficacia de la asistencia internacional para restablecer el orden. Analistas de seguridad ciudadana y geopolítica regional advierten que este tipo de incidentes pone de relieve la fragilidad del sistema judicial y policial haitiano, así como la necesidad de redoblar los esfuerzos internacionales para apoyar a las instituciones locales. Sin un refuerzo adecuado, aumenta el riesgo de que la crisis se agrave, afectando la estabilidad de todo el Caribe.
Al mismo tiempo, organizaciones sociales han expresado su preocupación por el impacto de esta oleada migratoria en la vida cotidiana de los haitianos, quienes enfrentan limitaciones de movilidad, escasez de alimentos y servicios básicos, además del temor constante a ataques armados. Se han intensificado los llamados a una mayor protección ciudadana.
El ataque de Kenscoff demuestra la urgente necesidad de implementar medidas concretas y sostenibles para abordar la crisis de seguridad en Haití, un país que sigue dependiendo del apoyo internacional, pero que también requiere un plan integral que combine seguridad, desarrollo social y fortalecimiento institucional.
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