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Emotiva despedida en décimas al querido Lolo en Manabao

11 de abril de 2025

En Santiago, un hombre de 89 años despidió a su hermano Lolo con versos, dejando un homenaje que conmovió a toda la ciudad de Manabao.

Con la voz entrecortada por las lágrimas y el corazón lleno de recuerdos, un hombre de 89 años despidió a su hermano Lolo en el Cementerio Municipal de Manabao, en una ceremonia que conmovió profundamente a todos los presentes. El anciano, conocido cariñosamente como «Abuelo Soja», usó poesía y versos para presentar su último adiós, lleno de amor, tristeza y gratitud.

Con un viejo cuaderno en las manos, donde había guardado sus versos más íntimos, el abuelo comenzó a recitar palabras que una vez dedicó a su madre, reflejando también el profundo vínculo que sentía con su hermano. «Mi madre estaba conmigo y me sentía seguro… si lloraba, sentía que alguien se preocupaba mucho por mí», dijo con profunda emoción. Y continuó: «Pero mi madre murió, y me quedé sin piedad… No puedo agradecerle con lágrimas, aunque lloro todos los días». Estas palabras rompieron el silencio del cementerio, creando un ambiente de respeto y contemplación entre los presentes en el funeral. Lolo, hallado tras una intensa búsqueda, era una figura querida en la comunidad, y su muerte dejó un gran vacío. Sin embargo, su hermano encontró en la poesía una forma de expresar su dolor, pero también su cariño eterno.

Tomando el micrófono, el abuelo Soja continuó compartiendo versos llenos de nostalgia. «Adiós, mi querida madre que me dejaste en la tierra, ahora que lo pienso, ya no confío en nadie…», recitó entre lágrimas. Muchos de los asistentes describieron sus palabras como «un poema conmovedor y de despedida», que conectó generaciones y sentimientos con el poder del amor familiar.

La despedida tuvo lugar bajo una luna brillante que iluminaba las montañas de La Vega. Al resonar las palabras, algunos recordaron una melodía que flotaba en el aire, como acompañando el momento: «Era de noche, gracias a Dios por la luna, y Cuba llegó a mi ventana… La vi tan bonita, y la vi tan hermosa, como una estrella que despliega su luz».

Este emotivo evento no solo fue una despedida para Lolo, sino también una muestra de cómo perduran los lazos familiares y las tradiciones orales en nuestras comunidades. El homenaje del abuelo Soja será recordado por muchos como una despedida que habló desde el corazón y dejó un mensaje de amor eterno entre hermanos.

De ahora en adelante, Lolo vivirá en la memoria de su pueblo y en cada verso de su hermano, quien supo transformar el dolor en poesía y despedirse con palabras que perdurarán para siempre.