En momentos en que miles de parejas buscan celebrar su amor en la privacidad de cabañas en República Dominicana, se revela un alarmante testimonio que expone la vulnerabilidad de los clientes de estos establecimientos.
Un ex trabajador con más de 13 años de experiencia en diferentes casetas del país ha denunciado graves irregularidades que han causado preocupación y debate en la sociedad.
Según su testimonio, algunas cabañas cuentan con cámaras ocultas en las habitaciones, utilizadas para grabar a los huéspedes sin su consentimiento, y en algunos casos esas grabaciones son vendidas en redes clandestinas.
La denuncia ha suscitado preocupación, sobre todo durante las fechas pico, cuando muchas parejas utilizan estos espacios para reuniones privadas, sin saber que su privacidad podría verse comprometida.
El ex empleado también reveló que los objetos de valor que dejan los clientes, como joyas, dinero en efectivo y dispositivos electrónicos, rara vez se devuelven.
En el caso de las armas de fuego, estas normalmente son entregadas a la administración, pero a menudo desaparecen sin dejar rastro, lo que plantea interrogantes sobre su destino final y la gestión de la seguridad en estos lugares.
Otro dato preocupante es la frecuente presencia de personalidades influyentes, entre ellas políticos, artistas y comunicadores, quienes han sido vistos en situaciones comprometedoras al interior de las cabinas.
Según su relato, recibió a un conocido político acompañado de dos hombres, así como a un presentador de televisión durante una reunión con varias personas, lo que demuestra que estos espacios sirven para mucho más que encuentros románticos.
Además, el testimonio detalla casos de huéspedes encontrados muertos en las habitaciones, principalmente por sobredosis de drogas o ataques cardíacos.
Ella explicó que algunos clientes mayores usan drogas para mejorar el rendimiento y terminan muriendo en el acto.
En muchas ocasiones, la pareja con la que ingresaron huye del local, dejando el cuerpo abandonado y generando una situación de crisis entre el personal del establecimiento.
Uno de los aspectos más preocupantes es el funcionamiento de redes de estafa al interior de las cabañas, donde mujeres conocidas como “chapeadoras” drogan a los clientes con diazepam u otras sustancias para luego robarles sus pertenencias.
Dijo que en varias ocasiones los hombres han amanecido sin dinero, sin recuerdo de lo ocurrido y sin forma de denunciar lo ocurrido, evidenciando una preocupante falta de seguridad en estos espacios.