En redes sociales circuló el rumor de que una joven conocía el paradero de Roldany Calderón, desaparecido desde el 30 de marzo tras pasar tiempo con su familia en Jarabacoa, provincia de La Vega.
Sin embargo, la joven decidió hablar públicamente y desmentir la información en su cuenta de Instagram, aclarando que no era la autora de la publicación que se le atribuía.
En su publicación, Alisa Grandova, ciudadana ucraniana residente en Polonia, explicó que desconocía por completo la historia y que alguien había usado su nombre para difundir el comentario.
Así, demostró no tener ninguna relación con el paradero de Roldany ni con el contenido compartido.
Este caso ilustra cómo la difusión de rumores en redes sociales puede generar confusión y afectar directamente la reputación de las personas, quienes en ocasiones se ven obligadas a dar explicaciones para contrarrestar la desinformación.
Este caso pone de relieve cómo la difusión de rumores en redes sociales puede generar confusión y, en muchos casos, afectar directamente la reputación de personas ajenas a los hechos. En tales situaciones, los acusados se ven obligados a dar explicaciones públicas para combatir la desinformación y proteger su credibilidad.
