En abril de este año, el controvertido Dr. José Ernesto Fadul, quien se autodenomina especialista en medicina interna, afirmó ser capaz de curar el autismo, una condición que, según la evidencia científica, no tiene cura conocida. Previamente, Fadul había asegurado poder curar el VIH. Sus declaraciones han suscitado preocupación y controversia, especialmente en el ámbito médico y entre las familias de personas con autismo.
El Dr. Fadul ofrece medicamentos que supuestamente son esenciales para su tratamiento. En una entrevista anterior, no se había logrado obtener estos medicamentos, que Fadul describía como vitaminas y otros compuestos que él mismo fabricaba o adquiría. Recientemente, una madre pagó 9,000 pesos por estos medicamentos, los cuales fueron entregados en una caja destinada originalmente para muestras médicas gratuitas, un hecho que ya genera sospechas sobre la legalidad y ética de sus prácticas.
Las pastillas suministradas por el Dr. Fadul fueron sometidas a análisis químico. Los resultados revelaron que las cápsulas blancas contenían gluconato de magnesio, gluconato de potasio y ácido hialurónico en forma de hialuronato de sodio. Las cápsulas marrones contenían únicamente extracto de echinacea y vitamina C. Estos componentes son comunes en suplementos nutricionales y no justifican el alto precio cobrado ni sus afirmaciones sobre la cura del autismo.
Karen Tamariz, una farmacéutica consultada sobre el caso, explicó que la comercialización de estos medicamentos en un consultorio viola la Ley General de Salud. Según esta normativa, solo las farmacias están autorizadas para dispensar medicamentos. Además, el uso de envases destinados a muestras médicas gratuitas para vender productos es una clara violación de las regulaciones, ya que induce a error al consumidor sobre la autenticidad y origen del medicamento.
El decreto 665-c establece que los médicos deben proporcionar recetas médicas claras que informen al paciente sobre el medicamento prescrito, su dosis, duración y vía de administración. El Dr. Fadul incumple este decreto al no cumplir con estos requisitos básicos, lo que pone en riesgo la salud de los pacientes y viola múltiples puntos de la Ley General de Salud.
La situación se agrava al considerar que estos productos son simplemente nutracéuticos, es decir, suplementos que pueden adquirirse en cualquier farmacia a un costo mucho menor. Presentar estos suplementos como una cura para el autismo es engañoso y aprovecha la desesperación de las familias, especialmente de aquellas con niños vulnerables, que buscan soluciones efectivas para condiciones complejas.
Una madre afectada por esta situación expresó su desesperación y frustración ante la falta de apoyo para su hijo, quien ni siquiera está escolarizado debido a su condición. Ella, como muchas otras familias, recurre a cualquier posible solución, incluso aquellas sin respaldo científico, en un intento desesperado por mejorar la calidad de vida de sus hijos.
Esta controversia pone en relieve la necesidad de regulaciones estrictas y supervisión para proteger a los pacientes y garantizar que los tratamientos ofrecidos sean seguros y eficaces. La comunidad médica y las autoridades deben tomar medidas para evitar que prácticas engañosas y potencialmente peligrosas continúen afectando a los más vulnerables.