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Nuria Piera cuenta la historia detrás de “El Diablón”

26 de octubre de 2025

Santo Domingo.– A mediados de octubre, las redes sociales se inundaron con imágenes y videos de un adolescente de apenas 13 años, conocido como “El Diablón”, mostrando armas de fuego junto a otros jóvenes. Las publicaciones lo vinculaban con el Bloque Zeta o La Campana, un grupo señalado por las autoridades como responsable de varios robos y asaltos en el sector Villa Faro, en Santo Domingo Este.

La difusión masiva de su rostro y nombre provocó preocupación entre organizaciones de protección infantil, debido a que viola el Código del Menor. No obstante, la situación se tornó más grave cuando se reveló una rivalidad entre dos presuntas pandillas juveniles: Bloque Zeta y Los Tablones, que se disputan el control territorial de calles y esquinas del sector.

Una guerra entre menores sin rumbo

De acuerdo con un reportaje de Nuria Piera, estos enfrentamientos no son casos aislados. Se trata de un conflicto que involucra a adolescentes en condiciones de vulnerabilidad, arrastrados por la violencia, el abandono y la falta de oportunidades.

La madre del joven, Cheily, narró que en varias ocasiones intentó entregarlo a las autoridades tras verse implicado en pequeños robos y hechos con motocicletas. Sin embargo, debido a su corta edad, siempre era liberado, ya que la ley prohíbe la prisión preventiva para menores de 13 años.

El arresto y la viralización

El pasado 20 de octubre, “El Diablón” fue nuevamente arrestado junto a otro menor de 15 años. La Policía Nacional aseguró que el apresamiento no respondió a la presión mediática, aunque coincidió con la difusión de un video viral donde se observaba su traslado al destacamento.

Según el informe policial, el adolescente fue detenido durante una redada mientras conducía una motocicleta robada. Actualmente se encuentra recluido en el área de menores de Villa Juana, a la espera de medidas de coerción.

Infancia marcada por la pobreza

Detrás del apodo “El Diablón” está Ángel, un niño nacido y criado en Villa Faro. Es el mayor de tres hermanos de diferentes padres. Su madre lo tuvo a los 15 años y hoy, con 29, enfrenta sola la crianza de sus hijos. El padre emigró a los Estados Unidos, pero fue internado en un centro de rehabilitación por adicciones, dejando a la madre y a la abuela como únicas responsables del hogar.

En 2022, cuando Ángel tenía 11 años, su madre acudió al programa Gorani en busca de ayuda. Solo recibió algunas sesiones psicológicas sin resultados concretos. “Siempre busqué la forma de ayudarlo, pero las instituciones no actuaron a tiempo”, lamentó Cheily. Tras la viralización del caso, representantes del programa visitaron la vivienda para disculparse y reconocer que pudieron intervenir con mayor eficacia.

“No somos banda, solo hacemos coro”

En el entorno de Villa Faro, varios jóvenes afirman que no forman parte de una pandilla. “Nosotros hacemos coro, no tenemos banda. Nos paramos ahí, compartimos y ya, pero la gente está poniendo de más”, declaró uno de los allegados.

Un reflejo de la crisis social

El caso de “El Diablón” resume una realidad dolorosa: la combinación de pobreza, falta de orientación familiar y abandono institucional que arrastra a cientos de niños dominicanos hacia la delincuencia. Detrás de cada video viral, hay historias de carencias, frustraciones y ausencia de políticas efectivas que protejan a la niñez en riesgo.