Habían salido con la esperanza de bailar merengue bajo las luces de una de las discotecas más emblemáticas del país. Paulino Lorenzo y Eva Gálvez se preparaban con entusiasmo para una noche especial, sin imaginar jamás que sería la última.
Al dar la 1 a. m., el ritmo de Rubby Pérez resonaba en el escenario Jet Set cuando, de repente, el techo del local se derrumbó. A partir de ese momento, el ambiente festivo se transformó en una tragedia.
Paulino, diseñador de moda, y Eva, contadora de profesión, habían dejado a sus tres hijas en casa para disfrutar de una velada juntos.
Hoy, sus nombres figuran entre las 27 muertes confirmadas tras el derrumbe estructural que aún deja a gran parte del país en el limbo.
Sus cuerpos fueron extraídos de los escombros y trasladados al Instituto Nacional de Patología Dr. Sergio Sarita Valdez, donde sus familiares, incluido el hermano del fallecido, Simón Lorenzo, los esperaban la mañana del martes. Con voz mesurada, lo recordaba como un hombre sereno, feliz y profundamente dedicado a su familia. «Fue un amigo cercano de la familia quien me avisó… vive cerca del Jet Set y fue uno de los primeros en llegar», dijo Simón, quien se encuentra en el centro forense desde las 7 a. m. a la espera de los resultados de la autopsia antes de realizar el velorio.
El incidente movilizó a varias instituciones, mientras los servicios de emergencia continúan las labores de búsqueda.
A pesar de estos esfuerzos, la cantante de merenguero Rubby Pérez, quien se encontraba en el escenario cuando ocurrió el derrumbe, aún no ha sido rescatada.
Tras este trágico suceso, las autoridades iniciaron una inspección estructural en centros de entretenimiento de todo el país, buscando prevenir incidentes similares que pongan en peligro la vida de los ciudadanos.
Hoy, las familias de Paulino y Eva, junto con decenas de hogares dominicanos, lloran una pérdida irreparable tras una noche que debió estar llena de alegría y música.
