La despedida final de Keyla Margarita Simón Heredia estuvo llena de emoción y profundo dolor. Familiares, amigos y miembros de la comunidad cristiana se reunieron en la Funeraria El Shaddai para rendir homenaje a la joven pastora, cuya partida dejó una huella imborrable en el corazón de quienes la conocieron. Nada más anunciarse su muerte, el ambiente quedó marcado por una mezcla de incredulidad y tristeza, especialmente entre sus allegados.
Keyla, una mujer caracterizada por su fe inquebrantable y su amor por los demás, había compartido en repetidas ocasiones con sus allegados un sentimiento inquietante: la idea de que su vida podría terminar inesperadamente. En particular, había expresado a su marido y a sus allegados la preocupación de no estar más a su lado en el futuro. Este sentimiento, que en su momento fue tomado con cierto escepticismo, adquirió un significado doloroso tras su partida.
La funeraria se llenó de lágrimas y oraciones mientras la familia de Keyla intentaba encontrar consuelo en su fe y los recuerdos que dejó atrás. Su esposo, visiblemente afectado, fue uno de los más afectados por la pérdida, sintiendo de primera mano el vacío anticipado que Keyla había compartido con él. Los pastores Luis y Sonia Heredia, padres de Keyla, así como sus hijos Luis, Enrique y Evelin, recibieron las condolencias de la comunidad, que se unió en un mismo sentimiento de solidaridad y tristeza.
A lo largo de la ceremonia se mencionaron muchos testimonios, destacando la fortaleza espiritual de Keyla y su dedicación a la iglesia. Aunque su vida fue corta, su legado es profundo y vivirá en la memoria colectiva de Higüey y más allá. Las palabras de quienes hablaron reflejaron no sólo el dolor de su ausencia, sino también el impacto positivo que tuvo en la vida de muchos.