Santo Domingo.- Abrazada a una blusa que Crifareli Flores usaría para esta Navidad, su hija Fara Flores lloraba desconsoladamente ante la muerte, quien aún no cree que la pequeña que tanto amaba haya muerto de manera tan inesperada.
Eran pasadas las 8 de la noche del sábado cuando Crifareli y otras niñas jugaban en la acera luego de ir a una fiesta con payasos al frente, unos minutos después, según vecinos de Villa Juana, específicamente de la calle Juan Erazo, cuando la crónica de una casa abandonada se derrumbó.
“Ay, mi hija no podrá usar su ropa que tanto amaba, estaba muy emocionada de usar su ropa ahora; ay, papá, Dios mío, me has arrancado un pedazo del alma”, lamentaba Flores mientras miraba las fotos de su hija, que adornan la sala de su casa.
En el lugar de los hechos aún quedan restos de cemento de la pared, sangre y unas chancletas, recordando al ambiente la tragedia en la que la niña de 12 años, descrita como una niña buena y tranquila, perdería la vida y otras dos resultarían heridas.
“Me aplastó, mató a mi hija. “Yo quería enseñarle un oficio y por eso luché contra usted y lo logré… ella solo estaba jugando, yo no pensé que mi hija estaba muerta, solo esperaba que fuera una fractura”, expresó adolorido Flores.
Crifareli llegó al Hospital Infantil Robert Reid Cabral sin signos vitales, por lo que el cuerpo de la víctima fue enviado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para la autopsia, mientras que otra niña de la misma edad permanece hospitalizada tras sufrir un traumatismo menor y se encuentra estable. .
Ayer por la mañana, los familiares de la niña esperaban que el Inacif les entregara el cuerpo para darle el último adiós.
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